viernes, 29 de junio de 2012

¿Reinventarse o morir?

Ya empezó el verano. El 21 de este mes, según he leído en Wikipedia, el 24 según las fiestas de San Juan de mi ciudad. El 23 según yo antes de mirarlo en Wikipedia. Fiémonos de ella.
Este verano no se planteaba como una maravilla, ni mucho menos. Pero ya he hecho montones de cosas geniales; celebrar mi cumpleaños con mis amigas -las de verdad- en el parque de atracciones, recoger un montón de libros viejos de la biblioteca, tomar un brownie y comprar dos libros en una librería-cafetería inglesa, ver los fuegos artificiales y la hoguera de San Juan. Me lo he pasado muy bien, pero al mismo tiempo nada de todo esto estaba completo. Siempre esperaba más, y ese más no era algo normal, era algo prácticamente imposible y dañino de tener. Ya, ya sé que ahora mismo no entendéis de qué os estoy hablando. Pasemos a algo más general.
Lo que quiero decir es que estoy esperando el pasado, pero lo que se espera es el futuro. Lo que necesito para verdaderamente disfrutar de este verano es disfrutar del momento y esperar el futuro en el futuro, no el pasado en el futuro. Podría ponérmelo como propósito de este mes, pero lo veo complicado. Voy a pasar la mitad en la playa, en Málaga -en el sur de España-, y no me gusta ni la playa ni el calor del sur de España ni el sur de España, sinceramente. Pero bueno, intentaré pasármelo lo mejor que pueda.
El verano sigue avanzando, y yo necesito un buen verano. Poner en orden mis ideas y saber qué voy a hacer. Y puede que aprender a tocar el piano. Uf, me encantaría.