miércoles, 14 de septiembre de 2011

Si digo que será un día especial, lo será.

La radio es una orquesta y mi calle es Nueva York,
los coches son carrozas para dos,
la tienda de la esquina un bonito salón
donde estamos bailando tú y yo.
Hoy es mi penúltimo día de vacaciones. Y no estoy ni triste, ni desganada, ni nada. Hasta me hace un poco de ilusión, aunque no haya demasiadas cosas nuevas. Me apetece volver al trajín de los pasillos, del autobús, de las taquillas, de la vida en el instituto. Obviamente, no tengo ningunas ganas de estudiar esos incomprensibles temas de funciones del libro de matemáticas, o aprenderme las tablas de Física y Química, y ya no hablemos de (introducir música tétrica aquí) correr, saltar y perseguir balones en Deporte. Vamos, que eso lo que menos.
Pero lo dicho: quedan dos días. Y habrá que aprovecharlos. Yo esta mañana la he dedicado a hacer el principio del instrumental de una canción de la que escribí la letra e hice la melodía cuando empezó el verano, organizar un poco el ordenador. Ahora, cada vez que lo enciendo veo la torre Eiffel de cerca. Me encanta
Y resultará un poco irónico después de escribir tantos tweets que me sentía sola y que, por muy estúpido que pareciese, me gustaría volver a casa, pero realmente París me enamoró, y me gustaría vivir allí una temporada. Porque aunque no me vaya yo por miedo a dejar a mis amigos atrás, hay algunos de ellos que ya tienen claro que estudiarán en el extranjero cuando terminen el instituto. Y diréis: ¡pero si aún no tienes ni idea ni de qué vas a estudiar! Y os diré: pues es verdad.
Últimamente estoy escribiendo entradas muy nostálgicas, ¿no es verdad? En cuando empiecen las clases, octubre, el frío y los gorros, esto será historia.
Desde que volvió Andrea, quedo todos los días, pero sólo con ella. En serio: cuando os echéis novio o novia, haced el favor de no dejar de lado a vuestros amigos. Quedad con ellos un poco, que os llevan aguantando entre lágrimas y ataques de risa y les gustaría que les prestarais un poquito de atención, una tarde de cada cinco, aunque fuese. Porque puede que un día tus amigos, después de mucho aguantar, se cansen y te dejen a ti, puede que en el mejor momento.
Sí, queridos. Una de mis amigas, Ruth, se ha exiliado desde hace poco más de un par de meses a Romancelandia. Y no parece tener mucha intención de volver...
Y las demás, pues nada, hay otra que se exilió poco después de Ruth y otra a la que secuestran cada tarde a las seis a la isla. Porque claro, van con "todos".

 Esta tarde seguramente vaya a una manifestación en contra de los recortes de educación. No puedo entender como siguen allí los políticos que están destruyendo todo esto. Este año, han echado a cientos de profesores, a casi todos los interinos, eliminado las tutorías y los desdobles, cierre de las bibliotecas, menor número de clases, reducción o eliminación de actividades extraescolares... y además hay que soportar comentarios de la consejera de educación como "los padres que van a las reuniones y manifestaciones con los que pegan a los peregrinos".
Esta tarde, por si alguien que vive por aquí y que lea esto quiere ir, la manifestación empezará en Neptuno y acabará en la estación de Sevilla, empezando a las 06:30. Y habrá huelgas los días 20 y 21. Yo sigo de vacaciones precisamente porque los profesores están de huelga.
(¿Pero yo no decía que esta iba a ser una entrada más alegre?)

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