viernes, 2 de marzo de 2012

Desahogo necesario.

Fin de semana de horror, como otros que ha habido ya desde hace mucho tiempo. Puede que no hayan sido muchos, pero sí demasiados. Estoy agotada, ya son cinco años así. Cada día como ayer me destruye un poco más por dentro. No quiero que vuelva a pasar, pero no puedo hacer nada por evitarlo, porque no depende de mí, porque sola, sin ayuda ni intervención nada está en mis manos. Desde los nueve años llevo siendo tratada como un paquete que va y viene, que nadie quiere tener más que para lo bueno. En realidad somos dos paquetes, mi hermano pequeño y yo. Realmente no sé qué haría si fuese sólo yo la que fuese y viniese. Me sentiría aún más sola. Pero también eso me da responsabilidad, una responsabilidad que no me corresponde a mí y que me impide salir corriendo cuando lo necesito.
Cuando mis padres se separaron, recuerdo que justo después de que mi padre saliera por la puerta mi hermano y yo estuvimos mucho tiempo, no sé cuánto, abrazados a mi madre, llorando. Pero verdaderamente no sabía por qué lloraba. Quizás porque no entendía ni asimilaba del todo lo que estaba pasando, porque me daba cuenta de que todo iba a cambiar y no sabía cómo. Pasaron los días; cambios de casa, mudanzas; días extraños. Realmente no recuerdo muchos detalles, sólo que vivía en casa de unos amigos, cambiando de vez en cuando. En la primera casa de mi padre pasé mucho miedo, tristeza, aburrimiento. Él lloraba mucho, nos gritaba e insultaba. No estaba ni estoy acostumbrada a eso, y siempre he sido muy sensible a esas cosas, además de miedosa, así que empecé a tenerle miedo. Sin embargo no me planteaba si me gustaba o no me gustaba ir allí, si me sentía bien o mal. Antes no le daba importancia a casi nada, vivía completamente en las nubes y no sentía el paso de los días. No era consciente de nada. Una vez que nos tuvo que dejar con una canguro una noche, por la mañana cuando se suponía que estaba dormida, vi como una chica salía de su cama y rápidamente salía por la puerta.
No sé cuánto tiempo pasó viviendo allí, pero después volvió a mudarse a una casa en un pueblo de Segovia. Allí más o menos teníamos nuestra propia habitación, una pequeña buhardilla que compartía con mi hermano. Al tiempo empezó a vivir con una "amiga", una chica de veintipocos que estudiaba Bellas Artes y trabajaba en un bar por las noches. Era simpática, eso es lo que recuerdo.
Una noche, una de esas noches en las que se suponía que estaba durmiendo, un fin de semana en el que ella no estaba, oí cómo dejaba a mi padre por teléfono, que de nuevo, como cuando peleaba con mi madre por las noches, daba golpes a las cosas y replicaba como un crío. Me alegré, aunque no me pensé mucho el por qué.
Pasó el tiempo. Pasamos una semana o dos con mi abuela a solas allí, que vino a cuidarnos porque él no podía. Entonces me lo pasé bien. No me sentía atrapada como normalmente me pasaba allí. Esa fue la única vez en la que me sentí bien, en casa, allí. Pero eso fueron sólo unos días. Después volvió, volvimos a la rutina del intercambio de paquetes como siempre, y pasado un tiempo empezó a vivir con otra "amiga". Esta al principio me cayó mal, aunque ahora sé que me equivoqué. Hizo mejorar a mi padre. Dejó de gritarnos e insultarnos la mayoría del tiempo, y empezó a intentar hacer algo porque nos lo pasásemos bien, aunque equivocándose la mayoría de las veces.
Se volvió a mudar, esta vez a la ciudad de al lado de la mía, donde estuvo año y medio o así. Allí no lo pasé demasiado mal. Había veces en las que me sentía un poco atrapada, pero podía quedarme sola en mi habitación y quedar de vez en cuando con mis amigos. El tiempo allí pasó rápido.
Sin embargo, de pronto, se mudaron a un apartamento de una sola habitación, con un baño, en el centro de Madrid. Salón, cocina y habitación estaba todo junto, y no era muy grande que se diga. Como la mitad de mi salón en casa de mi madre. Allí me sentía atrapada, que no podía respirar. Los fines de semana que pasaba allí me ahogaba un poco más. No podía hacer nada en la casa, porque no había espacio, ni podía salir fuera porque me perdería. Tampoco podía ver a mis amigos.
Se mudaron de allí ayer, hoy mismo fueron a establecerse a Bilbao, muy lejos de Madrid, donde yo vivo, porque la novia de mi padre se ha quedado en paro y allí la casa les sale gratis. De ahora en adelante tendré que ir prácticamente cada puente, más tiempo en vacaciones y las vacaciones de primavera enteras.
El problema no es que quiera quedar con mis amigos, aunque también quiera. El problema es que cada minuto que paso allí, con él, me ahogo, me muero un poco más. Estoy agotada de sólo existir cuando se tenga tiempo para mí, y sólo para lo bueno. Que cuando me enfade se desentienda. Que actúe con los privilegios de alguien que está cuidando de mí cada día, como un padre debería. Ojalá para mí olvidarme de él cuando no está fuese tan fácil como para él olvidarme a mí. Pero no lo es. Porque no puedo evitar pensar "¿Cuántas semanas de mi vida me quedan hasta tener que volver a detenerla para torturarme un poco más allí? ¿Cuántos días tendré que pasar? ¿Cuántas horas? ¿Cuántos minutos?". La tarde del día antes a irme con él, empieza a faltarme el aire, a entrarme ganas de llorar. A tener miedo. Porque tengo miedo, muchísimo miedo, a mi padre. A la soledad. A que alguien ordene mi vida. A la oscuridad. Y todos esos miedos, y más, se juntan cuando estoy con él. Siempre estoy con miedo a decir algo, o a no decir nada, a que se enfade y me grite y me insulte. Y hable del poco caso que le hago, que paso mucho tiempo sola, que paso mucho tiempo en casa, que paso mucho tiempo en el ordenador. Porque no sabe nada de mí y se cree que lo sabe todo. Que se ha perdido muchas cosas, algunas porque eso es lo que tiene no vivir en la misma casa, pero otras porque él ha querido, o porque no ha querido esforzarse. La persona hacia la que siento lo más parecido al odio es a él. Odio su olor a tabaco, sus arrebatos de niño, su egoísmo, su egocentrismo, su mal humor. Odio que él sea mi padre, aunque eso de alguna forma haya construido una parte de mí. Cada día que acaba para mí es una cuenta atrás para volver a verle.
El domingo por la noche, cuando volví a casa, después de enterarme de lo poco que me contó mi padre llegué a casa, sin decir nada, pero con la esperanza de que mi madre cambiase algo de esas horribles vacaciones que me esperaban. Ella, mi padre y su novia se quedaron un largo rato hablando encerrados en la cocina. Cuando se fueron, cuando cenamos, mi madre empezó a hablar de qué haríamos con el intercambio de paquetes de ahora en adelante. Le pedí que no fueran las vacaciones enteras. Que aunque no fuese la mitad, que me dejase pasar un cuarto en casa. Pero no. Rompí a llorar, ya por tercera vez ese fin de semana, al ver que no iba a hacer nada. "Él lo ha decidido así." "¿No ves el esfuerzo que hago yo todos los días?" "Cuenta los días que pasas con él y los días que pasas conmigo." "Yo ya he planificado mis vacaciones." No entiende nada. Le expliqué que yo en casa de mi padre me moría. Que me moría un poco más cada día que pasaba con él. Pero ella se lo tomó como una rabieta adolescente. Le oí cómo le decía a mi hermano "Ella lo único que quiere es quedar con sus amigos, pero eso no se puede." Cuando vio que no paraba de llorar, lo mejor que se le ocurrió fue decir "Si no vas a cenar, vete a dormir." Porque ella no me va a ayudar. Porque no tiene ninguna intención de cambiar sus planes por mí, porque no cree lo que le digo, porque no me escucha ni me entiende lo más mínimo. Si ella no va a hacer nada, si mi padre no va a hacer nada, yo no puedo hacer nada. No está en mis manos. Sólo me queda aguantar y aguantar y aguantar como llevo haciendo desde los nueve años, aguantar los tres años y medio que me quedan. Esa misma noche, cuando mi madre se había ido a su habitación, yo fui al baño y estuve llorando, con música que ni escuchaba al volumen más alto posible que permitían los auriculares, llorando y mirándome al espejo, sin más. Puede parecer algo para torturarme a mí misma, para ayudarme a odiar y a lamentarme aún más. Pero no. Es que no podía hacer nada más, nada de lo que hiciera serviría para nada. Sólo podía llorar, llorar y mirar cómo lloraba para hacerme la idea de que, aunque las personas que se suponen que siempre estarán ahí con su amor incondicional, la familia, no fuese hacer nada por mí, yo sigo aquí, y estoy viva, y puedo ver, y puedo llorar, y puedo sufrir, y pensar en el futuro, y soñar, y trillones y trillones de cosas más.
Me aterra pensar en esos días en los que estaré atrapada. Recuerdo mis vacaciones, en las que no podía hacer nada, en las que no podía hablar con nadie salvo con aquellos con los que no tenía ningunas ganas de hablar. En los que buscaré miles de cosas que hacer que al final no querré hacer. En las que nadie entenderá del todo cómo me siento y me tachará de exagerada, como sé que piensan siempre cada vez que cuento un pequeño fragmento de lo que siento respecto a esto. Verdaderamente no sé del todo lo que voy a hacer para que se pasen algo más rápido, sólo sé que no debo de dejar de pensar en que esto pasará, que no será para siempre, y que pronto tendré mi vida y podré hacerle desaparecer de ella si quiero. Porque es lo que pienso. Que, si él desapareciese de pronto hoy mismo, todo me iría mucho mejor.
Este mes de marzo no le voy a ver, no voy a pasar un sólo día con él. Y eso es algo que me hace absolutamente feliz, pero es muy triste que sea por eso. Y lo sé. Escribo todo esto, con todo detalle, no porque quiera que nadie me compadezca, ni mucho menos. Estoy harta de eso. Pero es que necesitaba tener la seguridad de que alguien, al menos una persona, me escucharía, leería en este caso, que me podría desahogar. Me gustaría que alguien me comprendiese, y que esos días en los que me distrajese, se preocupase, me diese un abrazo extra, intentase salvarme. Que no niegue que me estoy ahogando, que haga algo por evitarlo. Que en vez de decirme "Estás bien" o "Todo irá bien", hiciese algo porque así fuera, o todo lo posible por lograr lo más parecido posible. Pero no lo he encontrado, y puede que nunca lo encuentre, aunque intento no pensar en eso. Así que por ahora estoy yo, delante del espejo, con los ojos encharcados y las mejillas surcadas por lagrimones que no dejan de bajar y bajar hasta mi barbilla para después caer al vacío. Aquella fue una de esas noches en las que me aterra el silencio y necesito poner música, bien alto, y concentrarme en la letra y la melodía de la canción en cuestión para no pensar.
Imagen extraída de http://bluesirens.tumblr.com/post/10638433190

1 comentario:

  1. Te leí, te entiendo, no puedo decirte mas que todo mejorará, no puedo hacer mas que escribirte, no puedo hacerte sentir mejor, solo decirte que aquí estoy, que soy esa persona que lee lo que necesitas decir, que comprende y sabe que lo que sientes es real, que solo espera que ese vacío, ese momento horrible que vives pase y te deje ser feliz como mereces, que espero que alguien llegue y pueda sacarte de todo eso, como sucede en los animes con esas personas que simplemente nos ayudan a escapar de las malas situaciones, que hacen que todo este bien otra vez, soy esa persona que solo espera y espera y espera, que se muere por decirte "estará bien" pero no lo dice, porque sabe que tu no quieres oírlo y no sabe si realmente lo estarás, solo se que eres valiente, eres fuerte a pesar de llorar, porque has soportado mucho y al menos tienes todo lo que tus padres carecen y que aunque tu vida es dura ahora y tal ves tarde un poco en cambiar.. cuando cambie... sera, y te lo aseguro, sera absolutamente maravillosa, estaras llena de fortuna no dinero hablando de dinero si no de suerte, de libertad y te lo vas a ganar por todo tu esfuerzo, se que suena feo y horrible ahora porque ya quieres escapar, pero es lo único que te puedo decir, y que como siempre leeré todo lo que digas.
    Hasta luego -Kuru.

    ResponderEliminar

Chollooo!
Chollooo! Hey, tú, ven!
Sí, tú. Aquí, aquí!
Mira, vamos a hacer una cosa. Tú me escribes un comentario, y yo te doy una galleta RECUBIERTA DE CHOCOLATE!
Buen trato, eh? Entonces, aceptas? Sí, sí, muy bien.
Toma tu galleta. Vuelve prontoooo!
http://www.teacakebakeshop.com/images/catalog/live/imageLibrary/4DBCBE14151758531461881C850206CAM.jpg