viernes, 16 de septiembre de 2011

Estudiando a esas criaturas misteriosas; los profesores

Hoy, después de tres meses de vacaciones, he empezado tercero de la ESO. Y no están nada mal los profesores, y menos los compañeros, que me ha tocado con mis mejores amigos, que ya es suerte (o enchufe). Pero no me consigo centrar. Me siento en un espacio entre las vacaciones y las clases... ARG. Además, ¿a quién se le ocurre? ¡Empezar un viernes! Qué horror. En cuanto te empiezas a encontrar, dices: "WFT! ¡Es lunes viernes!" Y te despides de todos, hasta el lunes. Ciao. Y NO-TE-CEN-TRAS. Cada vez estás más perdido.Y de repente te ves en casa, con la idea de ir a comer esos espaguetis con ajo y guindillas que tu madre te ha prometido. Pero claro, has salido pronto y son las doce, y tu madre no vuelve hasta las tres y media.
Y tú no sabes qué hacer, así que grabas una canción que suena a iglesia que no veas. Pero la subes y recibes tu primer comentario en muuucho tiempo. Y sigues siendo feliz.
En fin. A mí algo que me encanta es analizar a mis profesores. Bueno, me encanta analizar a las personas en general, pero los profesores suelen ser aún más maniáticos que las personas normales. Y a mí las personas maniáticas me encantan.
Veamos. A primera hora, con mi tutora, que es la misma que el año pasado. Vale, yo no veo esta serie, pero es igualita a "la Hierbas" de aquí no hay quien viva. He visto una foto en la que me he pensado que era ella. Más que maniática, es una romántica empedernida. Sí, como yo. Sin embargo, tiene una sorprendente pasión por los pañuelos y los collares de cuentas.
A segunda, física y química. Hemos ido todos aterrados. Sí, depresión colectiva. Y el profesor tampoco era para ponerse a saltar de alegría. Ha llegado y ha dicho: "Yo tengo una norma: la ley del silencio total". Y lo ha dicho de tal forma que nos hemos quedado todos con el culo pegado al asiento, inmóviles como veinticuatro muertos. Eso sí, lo ha explicado todo estupendamente. Aunque sé que como un día me de por mirar por la ventana, voy a perderme no cinco minutos de clase, medio curso. Pero eso sí, se nota que es buena persona.
A tercera, inglés. Resulta que es amiga de una amiga de mi madre. Pero ni ella ni yo lo sabíamos, de eso me he enterado en casa. Me ha caído estupendamente. Es muy directa y se ha implicado mucho en todo esto de los recortes de educación.
Y después del recreo, la última clase, de lengua. ¡Uy el de lengua...! Se lo van a comer vivo. Imaginaos esto con pequeños silencios entre frase y frase y cara de pan:
Bueno... pues yo me llamo ***** y voy a ser vuestro profesor de lengua. Um... no tengo los criterios de evaluación, el lunes os los daré. Y... bueno... este es el libro de este año. ¿Queréis verlo? Es de la editorial Casals... creo que es nuevo este año... está bastante bien... y.... bueno. Yo soy nuevo en el instituto. Anda, si sólo llevamos cinco minutos... bueno. Quedaos aquí, que no queda mucho. Podéis hablar, pero sin gritar, y cuando suene os vais.
Y nada, el pobre ha acabado de perder su oportunidad cuando le han colado que ya había sonado el timbre y nos fuimos todos a casa. Como no se aclare un poco... pobre hombre. Lo dicho: se lo comen vivo.
Y ya lo dije un poco más arriba, pero lo repito: ¡me ha tocado con todos mis amigos! Andrea, Laura, David y el Sr.Delegado. Lo único malo es que también nos ha tocado con unos cuantos que no son precisamente receptores de mi amor, pero en fin. A ellos les han separado (sí, ¡a todos!) y están medio amargados.
Pero tengo unas ganas de que llegue octubre... uf, enormes.
  • Vuelve cierta persona.
  • Empezará a hacer frío.
  • Vendrán los franceses del intercambio.
  • Seguramente me quiten los brackets.
  • Se abre Pottermore.
  • Empieza el otoño verdaderamente dicho.
¿Veis? Octubre es maravillosos.

1 comentario:

  1. Yo AMO octubre, pero acá es pura primavera. No sé como será la primavera allá, pero acá es hermosa.
    A mí también me encanta analizar a la gente, y muchas veces me doy cuenta de cosas que nisiquiera dicen, por eso me dicen bruja jaja, porque parece que adivino pero en realidad soy muy observadora.
    Los profesores son maniáticos es verdad, pero los profesores de lengua (o literatura) son los más raros, aunque hay de varios tipos, están los que son muy buenos (la mayoría), los raaaros, y las lesbianas (no sé por qué pero hay muchísimas profesoras de lengua lesbianas). Al menos esos conozco.
    A mí me pasa lo mismo cuando empiezo, no me adapto, y cuando me adapto, PUM de repente ya es junio y estamos a mitad de año, me hacen mal las vacaciones de verano u.u
    Bueeno te mando saludos♥ Nos leemos

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