Dos parrafitos

Vivian acaricia la cálida taza con las yemas de los dedos, perdida en sus pensamientos. Se encoge dentro de su demasiado grande jersey blanco, que apenas deja ver parte de sus dedos. Sus cabellos color miel están recogidos en un descuidado moño, acompañado de un aún más desordenado flequillo. Aun no ha probado el cacao, ni parece haberse dado cuenta. Simplemente mira por la ventana viendo no los árboles desnudos ni el césped congelado, ni los charcos en las aceras ni los coches cubiertos de escarcha, sino algo mucho más cercano, más aún que la taza de cacao humeante. Sus ojos castaños observan a su portadora, pero no su rostro. Sino a ella, su interior.

Es ya la enésima noche de pesadillas, de pesadillas que no se van, que no tienen intención de despedirse. Y con ellas vienen mañanas en las que la menuda chica se siente un fantasma vagando por el mundo de los vivos, perdida, aún entre sueños.

Ayer vi esa foto de allí arriba, días antes una de un atrapasueños (quizás los que me sigáis en tumblr las hayáis visto), tenía ganas de escribir y las palabras vinieron solas. Tengo una página más, que no subiré porque así sola aún no tiene sentido, pero intentaré continuar la historia, al menos un poco. Espero que estos dos parrafitos os gusten.

Tengo un montón de ideas para entradas, pero el problema es que son horriblemente largas, y no dispongo del tiempo para hacerlas. Pero os aseguro que las iré subiendo.

¡À bientôt!