Un campo de dientes
de león es como una convención de hadas madrinas sin ahijado, un prado de
deseos cumplidos ante un simple soplo. Mucho más sencillo que pasar la noche en
vela, esperando estrellas fugaces que puede que nunca lleguen. Un soplo y un deseo
cumplido. Al instante quizás, todo depende de lo que pidas, ¿no es cierto?
Aunque también
tienes que dejar tiempo. Quizás debas esperar hasta el atardecer para que tu
deseo se cumpla. O hasta mañana, o quizás hasta el año que viene. O puede que
no lo veas cumplido hasta tu misma muerte.
Todo esto y mucho
más lo tienes que especificar en tu deseo, formulado al tiempo que soplas. Es
arriesgado. Se cumplirá exactamente lo que pidas, pero quizás no como tú
quieras.
Es posible que, en
realidad, la única manera de conseguir aquello que deseamos como lo deseamos
sea con esfuerzo.
Otro escrito que se me ocurrió al ver esta imagen. Cortísimo, es verdad. Con letra enorme, también. Pero escribo por escribir, porque me gusta. No por nada más.
Imagen encontrada aquí.
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Chollooo!
Chollooo! Hey, tú, ven!
Sí, tú. Aquí, aquí!
Mira, vamos a hacer una cosa. Tú me escribes un comentario, y yo te doy una galleta RECUBIERTA DE CHOCOLATE!
Buen trato, eh? Entonces, aceptas? Sí, sí, muy bien.
Toma tu galleta. Vuelve prontoooo!
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