jueves, 29 de diciembre de 2011

Un campo de dientes de león


Un campo de dientes de león es como una convención de hadas madrinas sin ahijado, un prado de deseos cumplidos ante un simple soplo. Mucho más sencillo que pasar la noche en vela, esperando estrellas fugaces que puede que nunca lleguen. Un soplo y un deseo cumplido. Al instante quizás, todo depende de lo que pidas, ¿no es cierto?
Aunque también tienes que dejar tiempo. Quizás debas esperar hasta el atardecer para que tu deseo se cumpla. O hasta mañana, o quizás hasta el año que viene. O puede que no lo veas cumplido hasta tu misma muerte.
Todo esto y mucho más lo tienes que especificar en tu deseo, formulado al tiempo que soplas. Es arriesgado. Se cumplirá exactamente lo que pidas, pero quizás no como tú quieras.
Es posible que, en realidad, la única manera de conseguir aquello que deseamos como lo deseamos sea con esfuerzo.

Otro escrito que se me ocurrió al ver esta imagen. Cortísimo, es verdad. Con letra enorme, también. Pero escribo por escribir, porque me gusta. No por nada más.
Imagen encontrada aquí.

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