domingo, 27 de noviembre de 2011

Perfecto

Tengo mucho, muchísimo que contar, pero no sé cómo contarlo. Pero después de años aguantando mis enamoramientos, mis dramas, mis locuras, mis excusas sobre por qué no escribo, mis tonterías y mis etcéteras varios, toca que os lo cuente, al menos un poquito. Ahora mismo, estoy absolutamente feliz. Aunque sigue la tristeza de saber que esa amiga, tan importante para mí, se irá a fin de curso, y puede que otra qué sé yo, el curso que viene, y las típicas preocupaciones de siempre; familia, exámenes. Pero... no sé. Lo siento de otra forma gracias a una persona, por muy cursi que suene esto.
Por una vez, no tuve la necesidad de contar cada detalle aquí, de saturaros con mis sentimientos de montaña rusa y mis dudas demasiado indecisas. Sí, lo admito. Desde julio tengo un diario, lo que ayuda bastante a poner mis pensamientos en orden y saber qué hacer en cada momento. Si no, supongo que aquí seguiría, super emocionada contándoos cada detalle de mi vida. Llegará un día en el que alguien se forre con esto. Lo digo en serio.
Después de ilusiones y desilusiones, conversaciones larguísimas que parecían durar cinco minutos, días en los que pensé en rendirme, saludos, tardes demasiado cortas, muchas sonrisas tontas y en medio de todo esto, sus ojos siempre mirándome, sonriéndome y animándome, de una forma u otra que, aunque al principio no era la que yo quería, cambió. Y ahora... ahora. Sinceramente, no sé cómo explicarlo sin ser demasiado pastelosa. De verdad que siento esta entrada edulcorada.
Por una vez en la vida, encontré a alguien incluso demasiado parecido a mí, que sentía y vivía las cosas como yo, un poco bastante en las nubes, un tanto perdido, con esa pequeña gran duda de cómo se da un abrazo. Pasé un mes y medio, quizás más, quizás menos, sin ser correspondida. Pero al final el esfuerzo dio sus frutos, y pasé de ser "esa buena amiga" a ser la persona de la que estaba enamorado. Después de una tarde que se me hizo demasiado corta, de excusas tontas para cogernos de las manos y abrazarnos, y un día siguiente un enjambre enorme de confusión y sonrisas tontas, el viernes pasado por fin pude aclararme. Y declararme, aunque nunca me ha gustado esa palabra. Suena demasiado judicial.
Aunque bueno. No fue una "declaración" convencional. Fue algo extraño; no, distinto. La tarde anterior él me preguntó por mis sentimientos hacia él, yo le respondí (después de mucho tantear) que prefería decírselo en persona. Al día siguiente, veinticinco de noviembre, conseguí quedar con él, tan sólo una horita, cosas que pasan cuando no se puede volver a quedar en dos semanas. Después de un buen rato de rebaños enteros de buenos, pueses y esos por mi parte, y sus ánimos y sus palabras por otro lado, conseguí decirle un te quiero. El primer te quiero que he dado nunca sintiéndolo de esa forma. Él no tuvo que decirlo, ya me lo había dicho momentos antes con un Si esto te da confianza, creo que sentimos lo mismo. Simplemente sonrió y me abrazó. Y después nos quedamos mirando al cielo, comentando lo tontos y desastres que éramos. Y muchas más cosas, que se quedarán entre nosotros, espero que para siempre.

1 comentario:

  1. Hola guapa ^_^
    Muchas gracias por seguir mi blog :)
    Te sigo también y en otra oportunidad paso a leer bien tu blog, chao!<3

    ResponderEliminar

Chollooo!
Chollooo! Hey, tú, ven!
Sí, tú. Aquí, aquí!
Mira, vamos a hacer una cosa. Tú me escribes un comentario, y yo te doy una galleta RECUBIERTA DE CHOCOLATE!
Buen trato, eh? Entonces, aceptas? Sí, sí, muy bien.
Toma tu galleta. Vuelve prontoooo!
http://www.teacakebakeshop.com/images/catalog/live/imageLibrary/4DBCBE14151758531461881C850206CAM.jpg