martes, 20 de diciembre de 2011

Saludad a la nueva Scrooge

No me lo esperaba. No sé qué dirección tomar ahora, qué hacer, en qué pensar. Hoy, cuando me desperté, pensé en él, como siempre. Me quedé un rato bajo el edredón, con la luz ya encendida, remoloneando. Subí a la ruta, un poco justa, como siempre. Pasaron las primeras horas, ultimé el trabajo de música y deseé que apareciese por allí en el recreo. El resto de clases se hicieron eternas, lo único que quería era salir ya, de una vez, verle, abrazarle y besarle.
Poco antes, promesa de pregunta fatal, sobre todo porque venía acompañado de un "no es bueno". Al rato ya estábamos, yo con un manojo de teorías a cada cuál peor, gracias a mi cruel imaginación, que no resultó ser tan cruel. En un banco, oyendo pasar los aviones, se terminó. Yo simplemente me hice pequeñita, un suspiro tan solo, en un cuerpo inútil, demasiado grande.
No quiero que nadie venga y me diga que es un idiota, que no me merece y todas esas cosas que se suelen decir en estos casos, porque no lo es, ni mucho menos, y no saben nada ni quiero que lo sepan. Porque yo no le quería, le quiero. Y me temo que le querré durante mucho tiempo.
Sin embargo, soy una idiota, y no distingo entre lo que son falsas esperanzas y lo que son esperanzas con cimientos, con fundamento. No puedo evitar aferrarme a su tampoco lo tengo claro, a que hace tan poco él me quería como yo a él, a que sigo aquí como alguien especial para él, a sus ojos mirándome.
Pero obviamente sé que sus ojos mirándome bien podrían ser de lástima, que podría ser alguien especial como amiga para siempre, que su tampoco lo tengo claro ya no lo sea. Ser la amiga hipergenial para siempre. En un segundo plano.
Es la primera persona con la que verdaderamente he podido decir exactamente lo que pensaba, lo que sentía, que me entendía. Tan parecido a mí que a veces no me lo creía. No hay personas repes en el mundo, no hay nadie como él. Quizás parecido. Quizás también tenga lo que yo quiera, lo que necesite. Pero no será él.
Si me rindo ahora, llegará un momento en el que que no sea él ya no me importe. Que me enamore de otra persona. Pero... sé que una parte de mí estará siempre esperando por él, en mi subconsciente. Porque él ha sido el primero de verdad, y también el más especial.
Supongo que escribo esto deseando que él lo lea, como leyó otras entradas cuando le pasé el link a este blog, este pequeño rincón de mi mente. Supongo que guardo la esperanza de que en el fondo me quiera aún, que no se haya ido del todo este sentimiento. Que encuentre dónde está la línea y yo esté en el lado del amor. También me preocupa que la lea, que le duela aún más, pero que lo que yo deseo no aparezca.
Antes detestaba los miércoles, con un horario demasiado apretado y nunca quería que llegasen. Ahora tengo aún menos ganas. Antes detestaba la Navidad, no me gustaba. Ahora la odio porque todas las falsas esperanzas florecen o se rompen en Navidad, mis sueños siempre se hacen añicos bajo la iluminación navideña.
Tengo por ley que los deseos que pida puedan ser cumplidos, que sean alcanzables aunque no estén del todo en mi mano. Esta vez estaba dudando entre dos deseos de Año Nuevo, que mi amiga se quedase aquí, que no se mudase, o que lo mío con él durase todo lo posible. Pero mi deseo será aún más egoísta. Desearía que no se enamorase de ninguna otra si hay posibilidades de que me quiera.

1 comentario:

Chollooo!
Chollooo! Hey, tú, ven!
Sí, tú. Aquí, aquí!
Mira, vamos a hacer una cosa. Tú me escribes un comentario, y yo te doy una galleta RECUBIERTA DE CHOCOLATE!
Buen trato, eh? Entonces, aceptas? Sí, sí, muy bien.
Toma tu galleta. Vuelve prontoooo!
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