Me voy a extender, lo aviso desde ya. Me encanta imaginarme cosas. Pero al mismo tiempo me siento muy tonta hablando o escribiendo sobre estas cosas. No aseguro una calidad de escritura ni medio aceptable.
Me encantan los chicos con pelo rizado, de cualquier forma; largo, corto, castaño, negro, rubio, lo que sea. Aunque tampoco le hago ascos al pelo ondulado si es más o menos largo. Más que en el color de ojos me fijo en la mirada. Se pueden tener unos ojos azules, preciosos, pero que no transmitan nada. Tengo debilidad por los delgados o incluso tirillas. Y, por muy idiota que sea esto, si un chico es bajito o sólo un par de centímetros más alto que yo, no lo visualizo. Quizás aparezca alguien que cambie esto, pero hasta entonces...
Aunque si os soy sincera, no le presto mucho atención a esto. Rápidamente se me olvida si eres guapísimo o feísimo si dices algo idiota o hiriente. Al instante. Finjo que tengo mucha paciencia en el principio, pero es mentira, me miento a mí misma y al mundo, así que tomad nota. No tengo paciencia. Asumidlo -y asúmelo tú también, yo interior. Como romántica que soy, me gustan los chicos románticos. Si no, es como si faltase algo. Me gusta la sinceridad -porque por mucho que intente ser sincera no lo soy- y la seguridad -porque la mía es más bien escasa. Y porque me preocupo demasiado y necesito algo seguro a lo que atenerme. Me gustan los chicos simpáticos, agradables, con los que es fácil hablar y que tienen muchas cosas distintas que contar. Me aburre la gente monotemática. Alguien inteligente, abierto de mente, sin prejuicios. Desastre, despistado, y que se pase gran parte del día en las nubes. Me gustan los chicos atentos, que siempre se interesen por qué me pasa e intenten ayudarme. Sobre todo, que me entiendan. Eso es muy importante para mí. Y que, a veces, cuando esté derrumbándome, que cuiden de mí, no por deber ni nada parecido, sino por preocupación. Que cuiden de mí es algo que necesito urgentemente... pero creo que ahora mismo nadie podría conseguirlo.
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Chollooo!
Chollooo! Hey, tú, ven!
Sí, tú. Aquí, aquí!
Mira, vamos a hacer una cosa. Tú me escribes un comentario, y yo te doy una galleta RECUBIERTA DE CHOCOLATE!
Buen trato, eh? Entonces, aceptas? Sí, sí, muy bien.
Toma tu galleta. Vuelve prontoooo!
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