Día 30 - FINAL DEL RETO

Tus altibajos este mes.

Volviendo en el pasado... el principio del mes no fue muy agradable. La mayor parte de marzo la había pasado triste como nunca, sin ganas de nada menos de llorar y dormir y poder dejar de pensar. Además, estaba en casa de mis abuelos, donde había estado todas las vacaciones de Semana Santa, (in)soportando a mi padre. Cada vez me sentía más atrapada, más impotente y más triste. Cuando volví, no sé muy bien por qué... ya no estaba tan triste. Sólo un poco menos, pero era algo. A lo largo del mes el dolor fue remitiendo, pero nunca del todo.

Hace no mucho tuve una de las peores noches de mi vida. No me apetece contar nada, sólo que lloré mucho, incluso más de lo habitual en mí.

El martes de la semana pasada una amiga convenció a otros dos amigos a ignorarnos a ratos a mí y a mi mejor amiga. No sabemos aún exactamente por qué. Yo pensaba dejarlo pasar, creyendo que era su misma queja de siempre, que yo y mi mejor amiga hablábamos delante de ella de cosas que ella no entendía, pero las cosas se torcieron el viernes, cuando mi mejor amiga me confesó todas las cosas horribles que esta amiga decía de nosotros a su oído en cuanto nos girábamos, y yo le conté que algo parecido me había contado a mí sobre ella. Al principio sólo estaba sorprendida y decepcionada, pero luego vino el enfado. Y ahora este mes, mayo, viene lo peor: ignorarla para que decida de una vez quiénes son sus amigos, y que si no quiere estar con nosotros que se vaya. Aunque la voy a echar de menos, y me va a doler hacerlo, porque aunque yo a ella no le importe ni nunca le haya importado, a mí me sigue importando.

Después resultó pasar lo que ya imaginaba, que algo que creía que ya había pasado no ha pasado en realidad. Pero... me gusta la idea de tener esperanzas en algo.

También resultó que finalmente el musical que íbamos a representar no se va a poder a hacer en el auditorio o el teatro porque una chica se va de vacaciones. Lo que nos queda es una sala con un mini escenario, luz horrible y poco espacio. Pero bueno, mejor eso que nada. Además, quizás también podamos ir a una ciudad cercana a representarlo.

Suena a mal mes, ¿eh? Al menos me alegro de haberme deshecho de parte de la tristeza.