Día 5

Una vez que pensaste en acabar con tu propia vida.

Nunca. He tenido dos temporadas especialmente malas: desde que empecé el colegio hasta que hice amigos en el instituto, y desde hace unas semanas hasta el momento. En la primera era una niña, veía eso del suicidio como un cuento de miedo, algo que ni si quiera aparecía a menudo entre mis libros. Sabía que había gente que se suicidaba, pero no me lo tomaba en serio. Era un término muy lejano para mí.

En la segunda temporada, la que vivo ahora, al ver esta pregunta me lo he planteado: ¿sería capaz de suicidarme si estoy sigue así durante mucho tiempo? Y me he dado cuenta de que no, que es algo que no deseo ni lo más mínimo. Tengo catorce años, y aunque lo esté pasando mal ahora mismo, tengo muchas cosas que hacer, muchos sueños por cumplir,  mucha gente que conocer y muchas canciones por escuchar. El suicidio me parece un malgasto de la vida que he tenido al suerte de recibir, como para perderla a mis manos. Creo fervientemente que no moriré por suicidio. Me gusta demasiado la vida y soy demasiado cobarde como para cerrarme todas las puertas de golpe.