domingo, 6 de mayo de 2012

Here Comes The Sun

Estoy recomponiéndome. Aún soy muy frágil, no he reconstruido ni la mitad de mí y el pegamento de la parte reconstruida aún no se ha secado. Últimamente todo iba de mal en peor. Sólo había una cosa que me mantenía: la música, el sueño de ser cantante. No sé muy bien por qué esa parte no se derrumbó; supongo que es porque la música no se va a levantar un día diciéndote que ya no te quiere, ni al escuchar tus pensamientos va a juzgarte sin dejarte acabar de contar tu historia. La música nunca te abandona. Los artistas que la hacen no te conocen ni les importas, lo sé, pero quizás sea mejor así. Al escuchar su música entras en sus sentimientos y de alguna forma también entra la canción en los tuyos, para volverse parte de ti. Desde hace unos meses dormía sólo si estaba agotada o si me calmaba alguna canción -All Things Bright And Beautiful, de Owl City, para viajar a otro mundo lejano donde poder ver las estrellas, Birdy para no asustarme de mis pensamientos, Safe And Sound, de Taylor Swift, para consolarme cuando me moría de miedo y soledad...
Poco a poco me rehago. Voy ordenando mis pensamientos escribiéndolos, sacándolos de mí, cantándolos con canciones hechas por otros para ellos mismos, pero haciendo que sean para mí. La última entrada fue un autorretrato, un autorretrato real pero no objetivo. A todo le describía su lado malo, pero no su lado bueno. Ahora sé que todo tiene su lado bueno y su lado malo, y que el peso de estos depende sólo de la persona que los describa. Antes de escribir la entrada me odiaba, pero después fue como una liberación. Ahora no me odio, me reprocho. Con el odio no hay mejoras, con el reproche -si luego hay reacción- sí. Aunque debo admitir que hay partes de mí que no entiendo -y eso me lleva a odiarlas- aún después de esto. Pero bueno... yo soy yo y mi reflejo cambiará con el tiempo, pero en realidad siempre seré el mismo cuerpo. Así que no me queda más remedio que aceptarlo de la mejor manera posible.
No he recobrado la confianza en mi madre, pero creo que la he perdonado. O al menos lo estoy intentando, me estoy esforzando en ello. La confianza no se recupera, ya cuesta lo suficiente ganarla. Pero tendré que aprender a vivir con eso, a entender que hay situaciones que se enfrentan solo. Mi padre es otra cosa, porque me seguirá haciendo daño mucho tiempo. Y no sólo a mí. Probablemente hasta que muera, por muy oscuro y horrible que sea esto. Pero creo que es cierto. Que no sea culpa mía no sé si es consuelo o tortura.
También he tenido un desengaño en cuanto a la amistad. Los amigos se cuentan con los dedos de las manos, pero a mi edad con sólo una. La amistad es difícil de encontrar, casi tanto como el amor, y también puede ser no correspondida. Y aunque al tiempo le demos igual al pasar pone las cosas en su lugar, como un maniático del orden muy estirado. Al menos tengo verdaderos amigos en los que apoyarme, que también es poco común.
Tengo que prepararme para el verano, que me temo que será más duro que nunca. Pero habrá que sobrellevarlo y aprovecharlo, porque después de todo es posible -si me hago fuerte, está claro. Es seis de mayo, y el día de la madre. Van a ser unas semanas difícil hasta que todo se estabilice, aunque puede que no se estabilice hasta el curso que viene. Pero voy a resistirlas e intentar ser feliz. Creo que la clave de la felicidad es eso: querer la felicidad y intentar ser feliz.
"Here comes the sun, here comes the sun..."

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