domingo, 17 de junio de 2012

El avestruz de Troya

Érase una vez un trabajo de tecnología; un robot que no se chocase, nada excesivamente complicado. Érase cinco personas a los que todos creían amigos pero que no lo eran. Érase una carcasa con forma de avestruz para el robot. Érase yo que me ofrecí a hacerla. Érase una carcasa que parecía sencilla de hacer pero que, por falta de cartón, ya no lo era. Érase tres de las personas que no apreciaban el trabajo de nadie. Érase una persona que estaba harta. Érase una persona que era yo. Érase un fin de semana después de los exámenes; érase mi cerebro con ganas de desertar y salir volando del instituto de una vez. Érase una vez el corazón en mi pecho que tenía ganas de dejar salir por la boca todo aquello que llevaba tanto tiempo conteniendo. Érase un cerebro que meditaba si hacerlo o no. Érase yo, que no iba a hacer el avestruz y que, aunque por una pequeña parte se sentía algo culpable, tenía ganas de demostrar que si ellos me importaron y yo ellos no, si tanto daño me hacían, ellos a mí, desde ahora, tampoco.
Érase un cerebro que salió volando a lomos del corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Chollooo!
Chollooo! Hey, tú, ven!
Sí, tú. Aquí, aquí!
Mira, vamos a hacer una cosa. Tú me escribes un comentario, y yo te doy una galleta RECUBIERTA DE CHOCOLATE!
Buen trato, eh? Entonces, aceptas? Sí, sí, muy bien.
Toma tu galleta. Vuelve prontoooo!
http://www.teacakebakeshop.com/images/catalog/live/imageLibrary/4DBCBE14151758531461881C850206CAM.jpg